Otra cosa interesante sobre nuestros gustos musicales es lo temprano que se plantan esas semillas. «Todos los bebés vienen equipados para hablar cualquier idioma, o emitir cualquier sonido de los cientos de idiomas que existen. A lo largo del primer año, sobre todo, se va limitando. Las sinapsis que se generan en el cerebro forjan ciertos sonidos y excluyen otros. Algo parecido ocurre con la música. Se conoce como «inculturación». En los primeros seis meses, más o menos, los bebés pueden seguir la sintaxis de cualquier estilo musical: ritmos complejos de Turquía o escalas mayores de Europa. Si tocas algo para un bebé unas cuantas veces y haces un ligero cambio, el bebé gira la cabeza ante ese cambio. Reconoce la desviación. El poder que tenemos como bebés para procesar y entender la música es extraordinario»

Gasser afirma que, a medida que crecemos, nuestros gustos musicales nos ayudan realmente a forjar nuestra identidad individual, sobre todo a diferenciarnos de nuestros padres. «La música se convierte en esa estaca en el suelo: ‘esto es lo que soy'», dice Gasser. «Pero al mismo tiempo, la música que la gente escuchaba a una edad temprana se convierte en su música nativa de confort. Cuando crezcan, esa música formará parte de lo que son, ligada a los recuerdos y al crecimiento. La forma en que experimentamos la música siempre está evolucionando

Notando la diferencia entre la forma en que yo descubría la música cuando era adolescente (álbumes, en mi habitación, leyendo las notas) y la forma en que descubro la música ahora (Shazam, escuchando cualquier cosa a la carta, bajo demanda, a través de cualquier dispositivo que tenga), le pregunté a Gasser si los jóvenes todavía se tomaban el tiempo para conocer realmente a las bandas, o a los artistas, o si la tecnología había afectado a ese aspecto del descubrimiento musical. «La tecnología siempre influye en cómo escuchamos la música y cómo interactuamos con ella», dice. «La idea de que la gente tuviera que comprar un álbum hizo que los músicos pensaran en su música desde un punto de vista teatral, creando una experiencia musical de una hora de duración en lugar de una experiencia canción por canción. Cuando mis hijos descubren un artista que les gusta, y un álbum tiene un par de canciones que les encantan, siguen explorando todo el álbum. No es necesario ahorrar toda la paga para comprar un solo álbum. Puedes escucharlo todo».

No importa la edad que tengamos, Gasser dice que «depende de nosotros» seguir descubriendo nueva música. «Todos venimos predispuestos a ser muy sofisticados en nuestra comprensión musical», explica. «En última instancia, no hay ninguna razón por la que alguien que no toca un instrumento o compone música no pueda ser tan ecléctico y sofisticado y devoto en su escucha musical como alguien que es un músico profesional. Gran parte de esto es la confianza y la eliminación de las barreras que dicen: «No soy músico, así que no me puede gustar el jazz porque no lo entiendo». Eso no tiene sentido. Todos tenemos la capacidad, si mantenemos la mente abierta, de explorar cualquier tipo de música».

Recuerda haber asistido a una boda reciente y haberse dado cuenta de que todos los veinteañeros estaban pronunciando todas las letras de todas las canciones que ponía el DJ, y sin embargo él no se sentía familiarizado. «Cada generación tiene sus obras maestras y su basura», dice. «No me cabe duda de que esta generación producirá música que son sus joyas sentimentales cuando estén cobrando los cheques de la seguridad social.»

MÁS EN LA SERIE ‘TU CEREBRO ON’

• Cómo mejorar tu memoria, según la neurociencia
• Qué le pasa a tu cerebro cuando te pones a dieta
• Este es tu cerebro sobre la oración y la meditación
• Cómo entrenar a tu cerebro para ser más optimista

¿Quieres más consejos como estos? NBC News BETTER está obsesionado con encontrar formas más fáciles, saludables e inteligentes de vivir. Apúntate a nuestra newsletter y síguenos en Facebook, Twitter e Instagram.