Código de acceso al sitio web

(Crédito: POPimage/) Los experimentos sobre un circuito neuronal oculto en una misteriosa parte del cerebro pueden haber revelado nuevas formas de controlar el hambre, según un nuevo estudio. Dado el papel vital que desempeña la comida en la supervivencia, no es de extrañar que los científicos hayan descubierto anteriormente muchas regiones del cerebro relacionadas con la alimentación. Por ejemplo, el hambre puede desencadenar la liberación de la hormona grelina, que a su vez puede activar las neuronas que estimulan la alimentación. Sin embargo, hasta ahora los esfuerzos por controlar la alimentación y los comportamientos alimentarios poco saludables, como los relacionados con la obesidad o la anorexia, han resultado inútiles. Para buscar nuevas formas de controlar la alimentación, los científicos examinaron una enigmática parte del cerebro conocida como núcleo tuberal. Esta zona se encuentra dentro del hipotálamo, en las profundidades del cerebro. Ayuda a controlar el hambre, la sed y la temperatura corporal, y también interviene en el sueño y las emociones. «El hipotálamo contiene muchos núcleos diferentes, y muchos de ellos han sido objeto de una amplia investigación durante décadas», afirma el autor principal del estudio, Yu Fu, neurocientífico de la Agencia de Ciencia, Tecnología e Investigación de Singapur (A*STAR). «Entre los muchos núcleos hipotalámicos, el núcleo tuberal es el único del que no sabemos nada a pesar de que esta estructura se conoce desde al menos 1938». Investigaciones anteriores sugerían que los daños en esta región del cerebro provocaban una disminución del apetito y una rápida pérdida de peso corporal, pero los científicos no habían explorado más esta región. Por ello, Fu y sus colegas experimentaron con el núcleo tuberal del ratón. En concreto, se centraron en las neuronas que generan somatostatina, una hormona que ayuda a controlar otras hormonas como la insulina. Después de privar a los ratones de comida durante la noche o de administrarles la hormona del hambre, la grelina, los científicos descubrieron que las neuronas de somatostatina del núcleo tuberal generaban moléculas que mostraban que estaban activas, lo que sugiere que pueden desempeñar un papel en el control de la alimentación. También descubrieron que la activación y desactivación selectiva de estas neuronas mediante fármacos o pulsos de luz podía aumentar o disminuir el comportamiento alimentario, respectivamente. La eliminación total de estas neuronas dio lugar a una reducción de la ingesta diaria de alimentos y del aumento de peso. Dado que este circuito neuronal es diferente de cualquier otro circuito cerebral relacionado con la alimentación, presenta un nuevo objetivo para controlar la alimentación, el hambre y el peso. El análisis genético de estas neuronas «puede permitirnos saber si expresan receptores o genes únicos que pueden ser objetivos moleculares o genéticos para manipular el apetito», dijo Fu. Sin embargo, la investigación futura debe comprobar primero si las neuronas de somatostatina del núcleo tuberal humano funcionan de la misma manera que en los ratones, añadió. Los científicos detallan sus hallazgos en el número del 6 de julio de la revista Science.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.